La Soberana Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta, más conocida como la Orden de Malta, es hoy una de las órdenes religiosa católica más conocida de la Iglesia Católica Apostólica Romana. Surgió en 1099 como una hermandad religiosa de beneficencia anexa al hospital de San Juan de Jerusalén. Pero ya en 1120 la sociedad se convirtió en una orden monástica militar presidida por el Gran Maestre. En diferentes épocas a sus miembros se les llamó Caballeros Hospitalarios, lo mismo que Caballeros de San Juan y Giovannitios.Después de la conquista de la isla de Rodas, sus miembros pasaron a ser llamados Caballeros de Rodas y, tras la cesión del archipiélago maltés, Caballeros de Malta. A finales del siglo XVIII la historia de la Orden casi toca a su fin, pero gracias a Rusia la institución fue salvada y además se fortaleció notablemente, dijo a La Voz de Rusia, el primer cónsul de la Orden de Malta en Rusia, Nicola Savoretti:
—En 1798 Napoleón y las estructuras masónicas durante la guerra de Francia con Inglaterra se apoderaron de Malta y expulsaron a los caballeros de la isla. Rusia fue la única que en aquellos tiempos dio albergue a nuestra Orden. El Emperador ruso Pablo I, a quien los valores e ideales de la caballería le resultaban más afines, hizo entrega a la Orden de los territorios de la Hatsina y le donó 216 mil rublos de oro. De esta manera puso a salvo a la Orden y a cambio pidió lo siguiente: primero – la Orden debía ser pancristiana y no sólo católica; segundo – él debía ser el Gran Maestre, a pesar de que ya estaba casado y era ortodoxo, y tercero – la lengua rusa debía estar en el símbolo de nuestra Orden. Es que el símbolo de los Caballeros de Malta era la estrella de ocho puntas. Los ocho rayos representan las lenguas de las personas que instituyeron nuestra orden. Pablo I pidió que la lengua rusa fuera considerada el centro de la estrella.
De hecho, el Emperador Ruso fue designado Gran Maestre de los Caballeros de Malta en 1798. Incluso fue coronado con presura con una corona especial, a la vez que la residencia de la Orden fue trasladada a San Petersburgo. Desde entonces la cruz de paño blanco de ocho puntas fue uno de los símbolos del Imperio Ruso. Pero, mientras los representantes de los Giovannitios tramitaban las formalidades jurídicas en el Vaticano, Pablo I fue asesinado y la historia de la Orden en Rusia quedó interrumpida por mucho tiempo. Sólo casi doscientos años después, en 1992, por decreto del presidente ruso Borís Yeltsin en Moscú se instaló la primera Embajada de la Orden. Claro que en Rusia por ahora no hay Caballeros de Malta. “Simplemente no hemos conseguido proclamar a nadie Caballero ni en el siglo XVIII, ni en el siglo XX”, dice Nicola Savoretti. Es muy probable que tras la llegada de Frey Matthew Festing en el país aparezcan los primeros hospitalarios. Esta visita reviste gran significado para todos nosotros y más aún para el Gran Maestre, prosigue el primer cónsul de la Embajada de la Orden de Malta en Rusia:
—Es la primera vez que está en Rusia y dado que es el hijo de uno de los comandantes en jefe de Inglaterra, todo lo relacionado con el mundo militar del Sr. Frey Matthew Festing es fascinante. Y este año Rusia celebra, entre otras cosas, una gran fecha: en 1812 derrotó a Napoleón, que era nuestro enemigo común. Aprovechamos este año y esta visita para agradecer a Rusia por todo lo que hizo por nuestra Orden.
En la agenda de la visita del Gran Maestre figura la apertura de la exposición “Los tesoros de la Orden de Malta”, que coincide con el vigésimo aniversario del establecimiento de las relaciones diplomáticas entre Rusia y la Orden de Malta, un encuentro con la élite política del país y el clero de la Iglesia Ortodoxa Rusa. También se prestará gran atención a las negociaciones y al fomento de los proyectos conjuntos de trabajo de salvamento y beneficencia de la sociedad. Es que igual que hace novecientos años, en el momento de su fundación, sigue siendo fiel al mismo lema “Defender la fe y servir a los pobres”, prosigue Nicola Savoretti:
—Tenemos representaciones en ciento cuatro países y ayudamos a todas las personas caídas en desgracia, independientemente de su pertenencia confesional. Contamos con veinticinco mil médicos en todo el mundo y con más de ochenta mil voluntarios que nos ayudan. En Rusia tenemos varios centros, el más importante se encuentra en San Petersburgo. Ofrece alimentación y techo a cientos de miles de personas sin hogar. También tenemos centros en Kolomná y Kaliningrado, donde ayudamos a los drogadictos. Cooperamos activamente con el Ministerio de Emergencias de Rusia y le transmitimos nuestra experiencia en la creación de destacamentos civiles de voluntarios. Es que dicho servicio tuvo gran desarrollo en la Rusia de los zares, pero en los tiempos del bolchevismo y el ateísmo prácticamente perdió todo su significado.
A propósito, el amplio interés internacional por la Orden de Malta se restableció tras la publicación en 2000 de la novela El Código Da Vincide Dan Brown. En el libro se hace mención de la comunidad secreta Priorato de Sion, o Hermandad de Guardianes del Cáliz de Grial, que tiene que ver con el cáliz de otra antigua orden – la de los caballeros templarios. Pero para el lector no es tan importante de quién se trata: de los templarios u hospitalarios, y la Orden de Malta empezó a denominarse con mayor frecuencia masónica. “Somos una orden católica y nada tenemos que ver con la masonería”, afirma Nicola Savoretti.
Fuente: La Voz De Rusia
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