Va a ser 3 jornadas de intenso trabajo, las que van entre el miércoles 25 y el viernes 27. Esos días una veintena de investigadores y voluntarios escudriñarán palmo a palmo los cimientos del cortijo de Canuto, construido por la familia Mercado, en 1946. El objetivo: hallar la buscadísima Piedra del Letrero, también llamada Lápida Templaria, un duplicado del Arca de la Alianza o Mesa de Salomón, que un grupo de historiadores sitúa bajo este cortijo ubicado en la aldea de Venta de los Santos del municipio de Montizón.
La operación de búsqueda la coordina la Asociación para el Desarrollo Rural del Condado, Asodeco. Desde su área de Cultura, el colectivo hace suyas esas fuentes orales y escritas que sitúan el tesoro templario en este punto de las estribaciones orientales de Sierra Morena. El primer defensor de la teoría es el historiador nacido en Chiclana de Segura Constancio Zamora Moreno, quien en su libro 'La Piedra del Letrero, los Templarios', argumenta que la controvertida Mesa de Salomón, depositaria del nombre de Cristo, fue esculpida por los templarios en el año 1.310 en la localidad del Condado. Zamora expresa que el 15 de julio de 1943, el mismísimo Adolf Hitler trató de hacerse con esa enigmática piedra y para ello envió a la localidad chiclanera a una delegación encabezada por el jefe de las SS Von Kessler, el judío Zumel y el intérprete Kuhlenthal. Tras una exhaustiva narración de los hechos, el autor expone que la piedra fue hallada, pero en ella se había enmascarado su simbología original con la talla de signos, grafitos, letras y cruces para evitar que cayera en manos de la masonería. Su mensaje era tan indescifrable que el dictador alemán despidió enfurecido a la expedición, pues había fracasado su empeño de activar en su favor el poder del Arca de la Alianza.
Zamora expone que en la disolución de los templarios, una parte de sus tesoros fueron escondidos en un antiguo convento visigodo del pueblo y que las numerosas cuevas del término guardan honda relación con el conocimiento y la iniciación del mundo templario.
Cortijo de Canuto
El lugar exclusivo de la búsqueda es el cortijo de Canuto, ruinas de una construcción de grandes dimensiones en piedra arenisca unida con barro, cuyas viejas estructuras se mantienen en pie mal que bien. Algunos estudios apuntan que la familia Mercado levantó el cortijo en ese exacto lugar por consejo de un pastor amante de las leyendas templarias. Su intención no era otra que la de proteger los pocos símbolos que los poderes político y religioso de la España de la época habían dejado sin picar. Quedaron borrados con aquel atropello unos grabados geométricos que habían provocado temor y desasosiego para unos y ansia de poder para otros. Ahora, la veintena de personas dispuesta a trabajar en este enigma propio del mejor guión cinematográfico, se disponen a hallar algún indicio que permita posteriormente profundizar en la investigación.
Fuente:ideal.es
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