La Biblioteca Nacional de Israel ha adquirido recientemente 29 páginas que forman parte de un grupo de documentos judíos de Afganistán. La colección incluye obras desconocidas del sabio Saadia Gaon, así como correspondencia legal y familiar de hace más de 1.000 años.
Han comparado el hallazgo con el descubrimiento de la Genizah del Cairo, que ocurrió en el siglo XIX.
Los documentos fueron descubiertos por casualidad en una cueva habitada por zorros hace unos dos años en el norte de Afganistán, zona en la que en la antigüedad pertenecía a los confines del imperio persa.
En los últimos años, las mismas cuevas sirvieron de refugio para los insurgentes talibanes en Afganistán.
No se conoce el número exacto de manuscritos en el Genizah afgano, pero se cree que son cientos, minúsculos en comparación con los 200.000 de El Cairo.
El profesor Haggai Ben Shammai, director académico de la Biblioteca Nacional, explicó a la prensa que esta es la primera vez que se encuentran documentos históricos que comprueban la existencia de una importante comunidad judía en la región de la Ruta de la Seda, antigua ruta comercial principal entre China y Europa en la Edad Media.
Los manuscritos incluyen no sólo escritos religiosos, sino también cartas y contratos civiles. Fueron escritos en hebreo, arameo, árabe y persa, y en una variedad de alfabetos. Algunos están en judeo-árabe o judeo-persa (el árabe y el persa eran escritos en caracteres hebreos). Parte de la correspondencia en hebreo utiliza el sistema babilónico de vocalización, cuyas marcas se escriben por encima de las letras, lo que era común entre los judíos de Babilonia.
El manuscrito más destacable del grupo de documentos adquiridos por la Biblioteca Nacional es una página de comentarios del sabio Saadia Gaon sobre la Biblia, escrita en el siglo X en judeo-árabe. Se trata de un comentario sobre Isaías 34. Las páginas están en un proceso de conservación y preservación, antes de ser escaneadas y subidas a la página web de la Biblioteca Nacional.
De acuerdo al sitio educativo jinuj.net, cuando Saadia Gaón, el padre de la filosofía judía, predicó en Egipto y Babilonia hace más de mil años, el judaísmo enfrentaba grandes desafíos. La filosofía griega traducida al árabe era más atractiva para muchos jóvenes judíos que su propia cultura. Estos se abandonaban a la secularización de su tiempo y al clima de sofisticación urbana. El conflicto estaba dramatizado por un lado en la postura de la secta de los caraítas quienes sólo aceptaban una rígida interpretación literal de la Ley que abarcaba los primeros cinco libros de la Torá y por el otro en la influencia del sistema griego, con tonalidades arábicas, que despertaba dudas en muchos judíos en cuanto a la confiabilidad de las enseñanzas religiosas tradicionales. En la época de Saadia (882-942) este enfrentamiento entre el caraísmo y la filosofía racionalista provocó tal confusión que la sobrevivencia del judaísmo tradicional estaba en entredicho. Plenamente consciente del hecho de que los judíos de su generación se encontraban en una encrucijada, Saadia fue virtualmente el único erudito de su tiempo que tomó acciones efectivas para salvaguardar al judaísmo de los ataques de filósofos y racionalistas pero sin negarlos y nutriéndose de ellos.
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