El experto británico en arte, Ross King, afirma que en el famoso cuadro “La última cena” se esconden dos autorretratos de un joven Leonardo Da Vinci, inmortalizados en dos apóstoles de la escena, informó la agencia de noticias italiana ANSA.
Del joven Leonardo se sabe poco, excepto que, según el biógrafo de artistas Giorgio Vasari, el genio del Renacimiento era un hombre de una “rara belleza”. Ahora, King sugirió que el autor de la Gioconda le dio sus rasgos a los apóstoles Tomás y Santiago.
“La última cena” es la única obra de Leonardo en la cual nadie se aventuró a buscar un retrato de Leonardo”, le dijo King al diario inglés The Independent.
Al parecer, la prueba de esta teoría estaría en una poesía poco conocida escrita en 1490, cuando Leonardo estaba pintando el cuadro en el refectorio de Santa María de las Gracias, en Milán.
El autor del escrito y amigo de Da Vinci, Gasparo Visconti, se burlaba de un artista -cuyo nombre no menciona- por haber puesto su autorretrato en sus pinturas.
Aparentemente, el dedo alzado del apóstol Tomás en “La última cena” parece evocar un gesto típico atribuido a Leonardo, según el autor del best-seller internacional "Brunelleschi's Dome", cuyo trabajo sobre el artista será publicado a fines de agosto.
King vincula a ambos apóstoles también con un retrato en sepia que representaría a Leonardo en 1515, obra de uno de sus asistentes: un hombre de belleza clásica de nariz griega, cabellos largos y barba ídem, "rara en un hombre italiano de la época".
(Fuente: ANSA)
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